La provincia de León está de luto. Ayer, seis mineros perdieron su vida tras una fuga repentina de gas grisú en el municipio de Pola de Gordón. Una tragedia que se ha repetido en España en, al menos una veintena de ocasiones en el último siglo con un balance de, al menos, 266 personas muertas. De ellas, 163 en las cuencas mineras de Asturias y león.
La población de Mieres, en el corazón de la cuenca asturiana, aún recuerda la tragedia que en el año 1923 se llevó por delante la vida de 15 mineros. La culpable, como ayer en León, una explosión de gas grisú, algo que será una constante en los accidentes posteriores.
También en Mieres, sin duda el municipio más castigado por los accidentes mineros mortales, seis mineros fallecían el 22 de junio de 1959, en las instalaciones mineras del grupo Polio.
En 1985, 14 mineros pierden la vida tras una explosión en el Pozo San Nicolás. En ese mismo pozo, diez años más tarde, otros catorce trabajadores pierden la vida. Ese año, 1995, un total de 29 mineros pierden la vida solo en Asturias.
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